EL DESEO SEXUAL
El deseo sexual, es el apetito o impulso sexual de juegos,
fantasías, seducción que nos produce placer. Es la decisión de echar a volar
nuestra imaginación y dejarnos llevar. Es algo que vamos aprendiendo y que
puede verse influenciado por nuestras creencias culturales, ideas
preconcebidas, mitos… o por experiencias anteriores, o por cómo nos sintamos
con nuestro cuerpo, o por la dificultad de encontrar el tiempo y espacio
necesario, o por los conflictos de pareja. nos olvidamos a veces de la esencia,
de lo natural, vamos deprisa y confundimos cantidad (o apuntarnos un tanto) con
calidad, creemos que es lo mismo hacer algo, que tomar conciencia de que
estamos haciendo algo y eso ocurre con nuestro acto sexual. El estrés, la
fatiga, la sobrecarga, las responsabilidades, el compromiso influyen para no
reconocer el placer que nos estamos dando.
El deseo sexual es algo nuestro, nos pertenece. Está en
nuestras manos tomar conciencia de nuestro placer dedicándole un espacio y un
tiempo para cuidarlo, mimarlo, que surja o que resurja, tanto solos como
acompañados.
Desarrollar nuestra capacidad de desear nos acerca a una
sexualidad sana y esto ayuda a disfrutar de algo natural, el sexo. Favorece el
acercamiento y la comunicación en nuestras relaciones de pareja y encuentros
sexuales. Mejora nuestros sentimientos, fomenta las emociones positivas y todo
ello es bienestar personal y salud física.
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